martes, 21 de agosto de 2007

Restaurando la Leyenda parte I

La restauración de una Honda 750 Four, 1972, parte I.

Bueno, ¿que más les podría decir de esta Geisha?, soy el dueño de una de ellas y la verdad es que no me he resistido a sus encantos, a sus hermosas curvas y lo complaciente que es.
Mi Honda CB750 Four 1972 K1 es un vívido ejemplo de la maravillosa ingeniería Japonesa, esta bella Nipona tiene entre sus características la baja vibración de su motor, hubo una vez un comercial publicitario donde le colocaban un vaso con agua y encendían su motor, el vasito no se caía y el agua adentro apenas presentaba ondas, esto demostraba lo suave y balanceada que es esta máquina. Era muy común en las otras marcas de la época, que las motos vibrasen mucho, dejasen la clásicas manchas de aceites, botaran pernos, tuercas y los fallos fuesen a menudo, ésta motocicleta fue catalogada como la tercera mejor moto de todos los tiempos por Discovey Channel y quizás su único handicap es que no se rompiese casi nunca, haciendo aburrido tener una moto que no fallase, ¿Contradictorio verdad?, cuestión de mentalidad supongo.

Les contaré que un día llegue con mi motocicleta, la aparque y no la use por un buen tiempo, como a los seis meses de estar detenida, trate de encenderla pero no pude lograrlo, ¿cómo iba a encender si la gasolina vieja se había tapado dentro de los conductos del carburador?, pués nada me dí a la tarea de desarmarlos para limpiarlos y me olvidé de tapar los cuatro huecos, esos por donde se admite la mezcla, fatal error
(además que por culpa del trabajo y descuido mío olvidé la moto así por varias semanas ) las lluvias y mi descuido/desidia dejaron su legado, ¿el resultado? un motor gripado naciendo mi Nemesis.

Trate de despegar el motor con todos los medios que sabía e inclusive busque la ayuda de mi buen amigo Juan, estuvimos navegando recopilando información en inglés de como despegar "Seized Engines", según lo que encontramos, procedimos a aplicar varias recetas, le agregue a los cilindros y deje por varias semanas: liga de freno, aceite de transmisión, WD-40, kerosene, aceite de dirección,  pero el resultado fue siempre infructuoso, lo único que obtuve fue sudor, el sudor de mi frente tratando de mover el pedal de arranque que estaba tan tieso como el mástil de una Carabela.

Pues nada, ya les seguire contando de esta aventura, ya que hay cuento para rato.